martes, 18 de marzo de 2014

VERAPRIMA PRIMAVERA: Música para convocar el solsticio



 Como una roca. 
Así de fuerte es nuestra alma en la fe y el amor.
 
Con estas rotundas palabras de Fiordiligi en Così fan tutti comenzará, el martes 1 de abril, nuestro primer Concierto de Primavera.



 
Un concierto que nace con la vocación de convertirse en una tradición. Su título, VERAPRIMA PRIMAVERA, evoca el deseo de ser el primero de muchos y simboliza para Ágora la voluntad de trabajar para ofrecer manifestaciones culturales de calidad desde un espacio de trabajo participativo. Es, al mismo tiempo, una presentación, una puesta de largo y un acto de compromiso: el de buscar sinergias y recursos para posibilitar la creación artística desde un marco de gestión colectivo. Sabemos que corren malos tiempos para la lírica. Por eso ahora, más que nunca, nuestro trabajo debe ser la interlocución, poner en contacto.
A los artistas con los patrocinadores.
A los patrocinadores con los espacios públicos.
A todos ellos, con un público amante y agradecido. 
Get in touch: hacer que se toquen. Sólo de esa relación pueden nacer iniciativas que, de otro modo, serían inviables en el momento actual. Quizá por todo ello, el programa que hemos elegido para  VERAPRIMA PRIMAVERA pnos recuerda que la primavera, como la creación, es ante todo un territorio para el amor, un estado de ánimo del corazón y los sentidos. 

En su primera parte, más lírica y profunda, escucharemos arias de Mozart, Catalani y Puccini mientras que en la segunda, el intimismo escora hacia melodías más populares, propias del blues, la opereta y el musical, con el contrabajo como un contrapunto que les presta resonancia lírica y profundidad. Temas conocidos de Gershwin, Weill o Arlen que forman parte de nuestras bandas sonoras vitales y compartidas. Una alianza musical entre el arte, la primavera y el amor.

Contamos para todo ello con el buen hacer y la capacidad de emocionar que nuestra soprano, ISABEL MONAR, ya ha demostrado a lo largo y ancho del planeta. De Nueva York y Boston a Ginebra, Hamburgo, Viena, Amsterdam, Chicago, Barcelona o Madrid -entre otros muchos lugares- ha interpretado un amplio repertorio de obras tan conocidas como Le nozze di Figaro, Fidelio, Così fan tutti, La flauta mágica o Ifigenia en Tracia. Arropada por la experiencia de Concha Sánchez-Ocaña al piano y con la profundidad del contrabajo de Lucho Aguilar, nos ofrece un repertorio delicado y tierno, pero también rebosante de fuerza y de alegría. Primaveral y exultante.

No podemos terminar esta breve presentación sin dedicar un espacio de agradecimiento a los que han creído en nosotras. En especial a Isabel Martínez-Cubells, concejal presidente del Distrito de Chamberí, y a Santiago Vidal, presidente de Narvalfarma, nuestro principal patrocinador. Ambos han estado de nuestro lado desde el primer momento, cuando este concierto sólo existía en nuestro ánimo. 
Quizá porque ambos están de acuerdo con lo que afirma Eduardo Punset en “El viaje a la felicidad”:  “Escuchar buena música forma parte del sistema motivacional y de recompensa que garantiza la supervivencia mediante la búsqueda del bienestar.” 
Y añade que “la música (…) aumenta los niveles de endorfinas” de las que se ha descubierto “que dan motivación y energía ante la vida, que producen alegría y optimismo, que disminuyen el dolor, que contribuyen a la sensación de bienestar y que estimulan los sentimientos de gratitud y satisfacción existencial”.
Escuchemos, pues, buena música. Nuestros sentimiento de gratitud están asegurados de antemano por la presencia de todos ustedes y nuestra satisfacción nace de poder compartir ese bienestar en esta celebración musical de la primavera.